Martes, Abril 23, 2024
El Meollo del Asunto Pájaros en el Alambre

Daniel Valles

         En México siempre se ha ejercido el espionaje a personajes incómodos para los regímenes de antes. Claro. Ah, y también se espía a los cómodos, a los amigos, a los que pueden llegar a ser y hasta los que no. Siempre lo hemos sabido, De ahí el dicho, “hay pájaros en el alambre”.

         Tal vez para los “Milenials”, el dicho no tenga mucho sentido porque pertenecen a la generación inalámbrica. Por lo que hay que recordar que las comunicaciones telefónicas y casi de manera general, se realizaban a través de aparatos que tenían un alambre o cable integrado.

         Por muchos años hemos dicho en voz baja, “esto que debo decirte, debe de ser en persona, no por teléfono, hay pájaros en el alambre”. Por el temor a que alguien pueda estar escuchando y sea gravado.

El tema que sea puede ser tan trivial como usted quiera, o tan importante como el nombre de quien hubiere sido el elegido del “señor”, para ocupar la silla presidencial.

         Nada nuevo en eso del espionaje en México. Lo que no lo justifica. Es ilegal. Es un acto de corrupción.

Todos los gobiernos anteriores y seguramente el actual, ejercen labor de investigación o de espionaje. Es la llamada labor de inteligencia.

         El tema llega a nuestra mesa debido a lo que seguro usted ya sabe. De acuerdo con la investigación realizada por The Washington Post y otros 16 medios de comunicación con la ayuda de Amnistía Internacional y la organización francesa sin ánimo de lucro Forbidden Stories, pusieron al descubierto una rede de espionaje en el mundo y que una filtración, que surge de alguna parte indeterminada, la da a conocer.

         Algunos medios como el centro de investigación de la Universidad de Toronto, identifican la fuente como “Reckless-1.

El apelativo aparece en una nota del Economista, del 27 de noviembre del 2018, de Rodrigo Riquelme.

         En la nota se hace mención de dos periodistas sinaloenses, Andrés Villarreal e Ismael Bojórquez, del semanario sinaloense Río Doce, que el gobierno mexicano de entonces intentó detectar para espiar sus números telefónicos.

         Villareal y Bojórquez se sumaban entonces, de acuerdo a la nota a 24 personas de las que se conoce han sido espiadas con esta tecnología. Según documentación de la propia NSO Group.

         El tema de Pegasus y el espionaje en México, por parte del gobierno en turno, no es nuevo, ni sorprende a nadie. Lo que no lo justifica, insisto y es un acto de corrupción vil. Sorprende que después de tres años en el poder, apenas ahora lo hagan público. ¿Por qué?

Ahora, la información se ha filtrado a la prensa mexicana, así como detalles de las personas de la administración actual que aparecen en una lista con más de 50 mil números de celular que en el mundo se encontrarían intervenidos.

         Entre esos 50 mil figuran varios miembros de familias reales árabes, al menos 65 altos cargos de empresas, 85 activistas de derechos humanos, 189 periodistas y más de 600 políticos y funcionarios gubernamentales, incluidos jefes de Estado y de Gobierno, ministros y diplomáticos. Señala el periódico El Financiero, en su edición del 18 del presente mes.

         De acuerdo al reporte, 15 mil serían números mexicanos.

         El software, de acuerdo con la información recabada por la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) y el New York Times opera de la siguiente forma:

1.- El software es un spyware de “intercepción legal” para gobiernos y se infiltra en los teléfonos inteligentes y otros aparatos para monitorear cualquier detalle de la vida diaria de una persona por medio de su celular, ya sea a través de llamadas, mensajes de texto, correos electrónicos, contraseñas, contactos y calendarios.

2.- Pegasus puede incluso utilizar el micrófono y la cámara de los teléfonos para realizar vigilancia; convirtiendo el teléfono de la persona vigilada en un micrófono oculto.

3.- La compañía que fabrica el programa es la empresa israelí NSO Group, y exclusivamente lo vende a los gobiernos con la condición de que solo sea utilizado para combatir a terroristas o grupos criminales y cárteles de drogas.

4.- Cuando una persona es atacada con Pegasus, recibe un mensaje SMS en su teléfono, el cual contiene un texto que busca persuadirlo de hacer clic en un enlace infeccioso, haciéndose pasar por una noticia, un aviso o el mensaje de un familiar o amigo.

5.- Si la persona hace clic en el enlace, su móvil recibe inadvertidamente un software malicioso que permite al atacante, entre otras cosas, tener acceso a todos los archivos guardados en el dispositivo, así como controlar la cámara y el micrófono del celular. Entre otras funciones.

         Y esto no es todo lo que hace o se puede lograr, pero a mí, el espacio se me termina. Agrego entonces que, el hecho actual toma relevancia porque se señala al gobierno anterior como espía de personajes del actual régimen.

Desde don presidente, su familia y funcionarios del primer nivel, hasta personas relevantes en la administración y la empresa en estos momentos.

Al menos 50 personas cercanas al presidente Andrés Manuel López Obrador están en la lista filtrada de posibles blancos de espionaje del “spyware” de Pegasus, de la firma israelí “NSO Group”.

¿Es algo que no se sabía? Claro que no.

Los “pájaros en el alambre” nunca han sido espantados, por así decirlo. Siempre han estado presentes y activos. De hecho, el régimen actual seguro sigue usando la tecnología. Esa o cualquier otra disponible.

Cuatro agencias mexicanas de seguridad siguieron usando tecnologías de espionaje en los tiempos de la llamada Cuarta Transformación, y dos de ellas todavía las utilizan, según el “Citizen Lab”, un laboratorio adscrito a la Universidad de Toronto.

Pero descuide, esto de darlo a conocer tiene más tintes electoreros que otra cosa.

El problema está en que no es sólo el gobierno quien tiene accesos a esta tecnología, no la de Pegasus, pues no es la única que existe, hay más. La que toda aquella entidad que pueda pagarla, la puede adquirir para darle el uso que deseen. Ahí El Meollo del Asunto.

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