El Violar las Reglas del presidente L.O
Por: Daniel Valles
El delito de violación de un ser humano por otro, es perseguido por ley. Es un delito execrable. Asqueroso. Vil. Sucio, rastrero.
El violar las reglas establecidas es un tipo de violación que no merece la misma condenación que la violación a un ser humano. ¿Por qué?
Vaya usted a saber. No hay una razón. Pero una violación de algo o de alguien es eso, una violación.
El hecho de que la violación de una regla no implique daño físico, no quiere decir que no la hay. Eso se ve con lo que la violación de una regla, o más de ellas produzca en el futuro.
Ya lo sabemos, puede ser de graves consecuencias o sólo simbólicas
El violar a un ser humano o el violar las reglas representa un crimen y es un acto de corrupción. Eso no tienen la menor duda.
La violación física es denunciada frecuentemente y quien comete el acto es llevado a proceso. Creo que es de los pocos delitos que no permanecen impunes en el país. No tengo evidencia de ello. Sólo las notas periodísticas que se publican en los periódicos mexicanos y se comentan en radio y televisión.
Por el contrario, la violación a las reglas, todo tipo de ellas, permanece casi siempre en la más completa impunidad. Y ya sabemos que ésta, la impunidad, es la hermana gemela de la corrupción. Alienta a la persona corrupta a violar la norma, la ley, los acuerdos, una y otra y otra vez. Al fin, nada sucede.
No hay delito que perseguir. La persona que se hace un violador de reglas, normas o acuerdos, es sin duda una persona corrupta.
Cabe decir que, con la persona corrupta, pasa lo mismo que con la persona que es adicta a alguna droga. Todas las personas saben que es adicta, menos la persona adicta. Entonces, todos saben quién es una persona corrupta, pero ésta, no se considera así, corrupta. No lo reconoce, no quiere saberlo. Es el caso de ya saben quién. ¿No? Sí hombre, de don presidente.
Un hombre que tiene siendo presidente de la república desde el 1 de diciembre de 2018. Hasta la fecha, le han contabilizado, con pruebas y evidencias, más de 23 mil mentiras. 80 en promedio diariamente durante sus conferencias de prensa. Las que duran no más de dos horas.
Podría ser un récord mexicano y mundial.
Ahora bien, en cuanto a la violación de reglas, sólo abarcan la esta etapa electoral en que estamos y, le han contado 13 quejas por presunta intromisión en el proceso electoral debido a sus expresiones político-electorales en las conferencias de prensa mañaneras.
Y es que la debilidad de don presidente es esa, entrometerse donde nada debe de andar haciendo. Que lo haga, no se puede evitar. Pero como los anteriores que, por supuesto que se han entrometido en las elecciones, lo que no es justificable y sí condenable, pero de manera no pública, no en actos de gobierno.
Habrá quien diga que es mejor hacerlo a la vista de todos que en lo privado. Lo que no le quita el que sea una violación. Sólo que en público es a lo descarado. A lo dictatorial. A lo me valen todos ustedes y sus instituciones. Al diablo con ellas.
Lo que demuestra un carácter invectivo, con falta de dominio propio y de una gran incapacidad para gobernar. Si lo hace de manera premeditada, sería mucho más pernicioso. Porque es evidente que le gana la emoción, el hígado y la costumbre de estar por más de dos décadas haciendo campaña política.
En este caso, está peor que a quien llamo desde 2005, “El Memo”, a Vicente Fox. Magnífico candidato, muy mal presidente. Le escribí un artículo así titulado, en ese mismo año.
Referente al actual presidente, de acuerdo con el registro que lleva la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral del organismo autónomo, de esas 13 quejas, cuatro fueron en 2020 y nueve han sido presentadas este 2021.
Del total de las quejas, cuatro recibieron medidas cautelares, dos han sido desechadas por no encontrar violación a la norma, cinco en trámite y dos han sido remitidas a la Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para su resolución.
Una evidencia de lo anterior se presentó, de acuerdo a la nota periodística publicada por el Universal el lunes 3 de mayo 2021.
“Hace tres días, cuando se cancelaron las candidaturas de Guerrero y Michoacán, pedía a la población tener esperanza y aguantar, es decir, se comportó como un candidato, básicamente dijo: ‘Nos están robando la elección y yo les pido que mantengamos el ánimo porque la lucha sigue’. Esto viola no sólo la constitución, sino su propio acuerdo por la democracia”.
La regla, la norma fue violada a la vista de todos. Ante la opinión pública. Y como toda persona que hace tal cosa, que viola algo, viene la disculpa para tratar de corregir la falla moral. “Es mi derecho a la libertad de expresión”. Dice don presidente.
Bueno, usted y yo tenemos derecho al libre tránsito y no por eso nos “volamos” todos los semáforos que nos tocan en luz roja cuando conducimos nuestro automóvil violando las reglas de tránsito, ¿o no?
Entonces; de qué sirve el escribir “cartillas morales”, nuevas reglas en tratados y manuales de conducta, ¿si sabemos ciertamente que la codicia, la cobardía, el mal temperamento y la vanidad evitarán que se mantengan?
No cumplir las reglas sin duda es un fracaso moral.
La corrupción no es delito, es una conducta moral fallida. Es un abuso del poder. Que es lo que vemos a diario, en público y con una arrogancia y una desfachatez que asusta.
Lo peor, establece el contraejemplo para los directores, jefes y secretarios que tiene este gobierno de lo que llamaré, la “retrotransformacion”. Ahí, El Meollo del Asunto.